RADIO PIEDRA BLANCA 104.5

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ME GUSTA EL AIRE SERRANO Y POR ESO SOY PUNTANO.

ARGENTINO LUNA

 
NACIDO EL 21 DE JUNIO DE 1941 EN GRAL MADARIAGA
AUTOR DE VARIOS TEMAS, GALLITO DEL AIRE, MIRE QUE LINDO MI PAIS, ENTRE MAS DE 300 TEMASREGISTRADOS TENIA 69 AÑOS

DIA DE LA BANDERA


Ricardo Vilca


El artista, nacido en Humahuaca el 5 de noviembre de 1953,1 recibió en 1983 un premio de la Unesco por su contribución cultural a la Quebrada, fue durante más de 16 años docente en escuelas rurales y siempre resaltó que obtuvo en esa experiencia la materia prima que inspiró su obra musical. También fue profesor de Taller de Producción en la Escuela Superior de Música de Tilcara y se transformó en uno de los grandes animadores del rescate cultural y artístico de su zona.
Hijo de Fidel Vilca, pero criado por sus abuelos; en su adolescencia, el músico fue resaltando por su habilidad para la guitarra eléctrica. Sus primeros pasos en la música los dio al frente de un grupo de rock y de cumbias.
En los últimos años, Vilca se destacó como compositor de música para películas, realizando la banda sonora de largometrajes como Una estrella y dos cafés, de Alberto Lecchi; Río arriba, de Ulises de la Orden; y El destino, de Miguel Pereyra.
Aunque siempre fue muy reconocido en su zona, en los últimos años su popularidad se extendió al resto de Argentina, al menos, sobre todo después de que entre otras cosas, grabó "Guanuqueando" junto al grupo de rock argentino Divididos (editado en el disco Vengo del Placard de Otro de dicha banda). León Gieco le puso letra a uno de sus temas ("Plegaria de Sikus y Campanas"). También hizo varias presentaciones en el teatro Ateneo de la ciudad de Buenos Aires, que incluso quedaron registradas en un disco.
Minutos después de las 11 del día 19 de Junio del 2007 en el sanatorio Lavalle en la provincia de Jujuy, falleció el maestro, músico y compositor. Sólo tenía 53 años.
Con motivo de su muerte, el municipio de Humahuaca declaró tres días de duelo con la bandera a media asta e invitó a un cese de actividades en el sector privado para despedir los restos mortales del músico, cuyo cuerpo fue enterrado en el cementerio de Humahuaca.

Digo La Mazamorra, Antonio Esteban Agüero



La Mazamorra ¿sabes?, Es el pan de los pobres,
la leche de las madres con los senos vacíos,
-yo le beso las manos al Inca Viracocha
porque inventó el maíz y enseño su cultivo.
Sobre una artesa viene para unir la familia,
saludada por viejos, festejada por niños,
allá donde las cabras remontan el silencio
y el hambre es una nube con las alas de trigo.
Todo es hermoso en ella: la mazorca madura,
que desgranan en noches de viento campesino,
el mortero y la moza con trenzas sobre el hombro
que entre los granos mezcla rubores y suspiros.
Si la prefieres perfecta busca un cuenco de barro,
y espésala con leves ademanes prolijos
del mecedor cortado de ramas de la higuera
que en el patio da sombra, benteveos e higos.
Y agregale una pizca de ceniza de jume,
la planta que resume los desiertos salinos,
y deja que la llama le transmita su fuerza
hasta que asuma un tinte levemente ambarino.
Cuando la comes sientes que el pueblo te acompaña
a lo largo de valles, por recodos de ríos,
entre las grandes rocas, debajo de cardones
que arañan con espinas el cristal del estro.
El pueblo te acompaña cada vez que la comes,
llega a tu lado,¿sabes?,se te pone al oído
y te murmura voces que suben a tu sangre
para romper la niebla del mortal egoísmo.
Porque eres uno y todos, comiendo el alimento
de todos, en la fiesta del almuerzo tranquilo;
la Mazamorra dulce que es el pan de los pobres,
y leche de las madres con los senos vacíos.
Cuando la comes sientes que la tierra es tu madre,
más que la anciana triste que espera en el camino
tu regreso del campo, la madre de tu madre,
- su cara es una piedra trabajada por siglos -.
Las ciudades ignoran su gusto americano,
y muchos ya no saben su sabor argentino,
Pero ella será siempre lo que fue para el Inca:
nodriza de los pueblos en el páramo andino.
La noche en que fusilen canciones y poetas
por haber traicionado, por haber corrompido
la música y el polen, los pájaros y el fuego,
quizás a mí me salven estos versos que digo …
de “Un hombre dice su pequeño país”